Descripción del sitio
El encanto de Arnes (550 habitantes) proviene de su orografía especial, en la que conviven montaña y plano. El término municipal forma parte del territorio de los puertos de Tortosa-Beseit, y en el extremo plano está bañado por dos ríos: el Estrechos y el Algars, con rincones de belleza singular como los Colmillos de la Rosa, punto donde confluyen ambas corrientes.
A esto hay que añadir un centro histórico que ha sido declarado de interés artístico e histórico por el formidable núcleo medieval fortificado. Su historia se remonta al siglo XII, durante el reinado de Alfonso II, que conquistó las tierras bañadas por el río Algars y el Matarraña. Dependió de la orden del Temple y después de su disolución pasó a manos de la orden del Hospital. La casa consistorial es el edificio más característico de la población y quizás es la más bonita de Cataluña, y una de las primeras de estilo renacentista.
La magnífica construcción fue levantada en 1584 con piedra cortada en escuadra, con arcadas de medio punto en planta y magníficos ventanales. La iglesia parroquial, dedicada a Santa Magdalena, es un edificio del 1693 de estilo barroco, edificado sobre las ruinas de una iglesia gótica, los vestigios de la que se pueden ver en la calle de San Antonio. Arnes conserva la estructura original del núcleo medieval fortificado alrededor del castillo. Por el lado de la calle del 11 de septiembre se divisan los sólidos muros de sillería sobre el suelo rocoso. La naturaleza es otro de los puntos fuertes de Arnes y ofrece unos deliciosos charcos de aguas cristalinas para el baño. El pimpollos y el Pino Ramut son dos árboles declarados monumentales, de 27 y 31 metros de altura respectivamente, situados en medio de un paraje natural del Puerto. Arnes ofrece la posibilidad de practicar actividades como el barranquismo o el senderismo, y forma parte del recorrido de la Vía Verde.